Solo soy lesvianas mayores una puta.
La vida de una prostituta es bastante agradable, pero también muy difícil. Primero, atención constante y respeto, si no amor, de lesvianas mayores los clientes. En segundo lugar, el trabajo es creativo y siempre con personas. En tercer lugar, siempre hay dinero en efectivo en el bolsillo y hay algo para calentarse si hace frío. Los contras incluyen la falta de sindicatos y las condiciones de trabajo peligrosas, el polvo en las carreteras y los camioneros malolientes.